En la T. ArXe son objetivamente distintas entre si tienen distintos Numeros de Ar o se corresponden con distintas cantidades de Tp.
Dos palitos
Supongamos que tenemos dos palitos, idealmente idénticos e indistinguibles entre si, arbitrariamente A y B, Uno y Otro, Inicial y Final. Luego podríamos intercambiarlos sin que haya diferencia apreciable. Podríamos confundirlos sin que eso afecte ninguna de las relaciones anteriores.
En este caso la distinción es fáctica, se realiza en el acto, ya que necesariamente uno debe decirse antes que el otro, el primero fáctico es el que se dice primero por necesidad (pues no tiene sentido llamar segundo al primero que se enumera).
Tres palitos
Supongamos que tenemos tres palitos, idealmente idénticos e indistinguibles entre si. En este caso podemos agrupar dos, como uno, y uno restante (II, I). Solo así la distinción es objetiva. A y B son distintos entre si, Primero y Segundo lo son entre si (independientemente a cual se le llame primero y a cual segundo).
Paradojas relacionadas
La Dimensión T-1 (de alteridad o varianza) que se corresponde con 2Tp es una relación de contrarios, no contradictorios, indistinguibles entre si. Es es que para cualquier relación entre ambos, a ninguna de las partes se le puede atribuir, objetivamente (por una razón intrínseca a lo observado), prioridad o jerarquía.
Orden objetivo
La Dimensión T2 (que se corresponde con 3Tp) permite la unificación de dos respecto de un tercero, de modo que uno y otro pueden ser objetivamente distinguibles, ya que uno se da cada 2Tp y el restante cada 1Tp.
Hasta tanto no existe un orden objetivo
Cuando decimos orden objetivo no es lo mismo que orden absoluto
El orden objetivo implica nada más que A y B son distinguibles entre si en base a propiedades inherentes o propias, luego, cual es primero y cual segundo es arbitrario, relativo, no absoluto. Dados dos distinguibles, nada permite saber o distinguir un orden absoluto
Ordenamiento y ruptura de simetría
Si tenemos tres palitos y decidimos agrupar dos, podría objetarse que la distinción no es objetiva (no estaba allí) sino que la hemos intervenido activamente. Sin embargo tambien es cierto que, dados tres ‘palitos’, elegido tan solo uno, los otros dos quedan agrupados por la común exclusión.
Esto implica que la mera selección rompe la simetría, lo que resuena con ciertos fenómenos observados de la física.
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