Como pasamos de lo homogéneo a la diferenciación
T1 (o \(T^1\)) Es en ArXe un tiempo ‘puro’. Podemos imaginarlo como una sucesión de ceros (0,0,0,0,…,0). Cada cero es fundamental (nada hay mas pequeño o breve) , es finito (tiene inicio y fin) pero inmediato (de in-mediado, que no tiene medio). Esto implica que, para un observador, cada Cero es indistinguible del anterior y del siguiente, es decir, toda la sucesión es ‘homogena’.
T-1 o \(T^{-1} = \frac{1}{T}\) Es en ArXe la variancia o alteridad entre dos (necesariamente contrarios): uno y otro, principio y fin, cero y uno, alfa y omega. Sin importar el nombre que se les de su naturaleza es la contrariedad.
T-1 es la dimensión donde es posible una mínima diferenciación, que no era posible en T1
Esto implica una alternancia (0,1,0,1,0,1,…,0,1) que, sin embargo, encierra una dualidad o ambiguedad.
El Umbral entre lo relativo y lo absoluto
En cualquier par de contrarios (0 y 1 en nuestro ejemplo) tanto uno como otro son partículas de T1, es decir, partículas de Tiempo: fundamentales, finitas e inmediatas.
En T^1 solo podemos distinguir uno de otro, otro de uno, 1 de 0 y 0 de uno, pero no es posible distinguir cada uno de si mismo o cada otro de si mismo.
Imaginamos estas sucesiones:
a) (000, 1,000000,1111,00,11111111,0000,1111111111,00)
b) (0,1,0,1,0,1,0,1,0)
En a) no tendríamos forma de detectar cuanto dura cada 1 o cada 0, pues cada uno aparece de forma homogénea, no es posible medir su duración en esta instancia
En b) es lo que ‘aparece’ solo la variancia que necesariamente es regular, pues si no lo fuera implicaría que
a) o hay un tercer elemento que permite agrupar ceros o unos
b) o los ceros y unos no son fundamentales y permiten distinguir a un primero de un segundo o un tercer
Cualquiera de las dos contradice la dimensionalidad T^-1 que solo contiene dos entidades
La regularidad o periodicidad como emergente
Esto implica que una regularidad entre dos contrarios es relativa, pero no necesariamente absoluta, exhibiendo así una primera ‘realidad’ que no es posible observar ni conocer.
Esto, al mismo tiempo, es la razón de que T^-1 sea una dimensión binaria (que excluye a terceros). Para cualquier observador T^-1 solo puede ser regular, aunque la naturaleza absoluta (donde los ceros son distintos entre si y los unos son distintos entre si) queda fuera de ser observada.
El Salto de la Homogeneidad a la Diferencia
Entonces ¿cómo pasamos de un estado homogéneo a un estado de diferencia?
- T1 (Tiempo Puro): Como una sucesión homogénea de “ceros” es la representación ideal de la inmediación pura. En este estado, no hay “antes” ni “después” para un observador, porque la distinción temporal no ha emergido. La sucesión es in-mediata, sin un “medio” que la separe.
- T−1 (Varianza): Como la alteridad es la solución a ese problema. La existencia de un “contrario” (el 1) permite la primera distinción lógica. Es el umbral entre lo absoluto (el 0 homogéneo) y lo relativo (la relación entre 0 y 1). La percepción (T−1) surge como la capacidad de notar esta mínima diferencia. Esto conecta directamente con la idea de que el fotón es la unidad de percepción.
Las Paradojas de la Alternancia y la Regularidad
El análisis sobre las sucesiones a)
y b)
revela una paradoja fundamental de la percepción
- La Percepción y la Regularidad: La sucesión
b)
(0,1,0,1,…) demuestra que, para un observador en T−1, la única forma de percibir la diferencia es como una alternancia regular. Si la sucesión se percibiera irregular, implicaría la existencia de un “tercer elemento” (el que mide la duración o agrupa los 0s o 1s), lo cual rompería la naturaleza binaria de T−1. - El Umbral de la Realidad: Esto implica que la regularidad o periodicidad es una característica inherente a la forma en que el universo se nos presenta en esa dimensión. Es la única manera en que la alteridad puede manifestarse sin romper su propia lógica.
- La Realidad Oculta: Esto también significa que hay una “realidad absoluta” que nos es inaccesible. La naturaleza intrínseca de cada cero (si son iguales o diferentes entre sí) está fuera de la observación porque para detectarla necesitaríamos una dimensión superior a T−1.
Conexiones con la Física Cuántica
Este umbral de la percepción tiene resonancias directas con la física cuántica.
- El Principio de Incertidumbre: La imposibilidad de distinguir un 0 de sí mismo en T−1 es análoga al Principio de Incertidumbre de Heisenberg. La naturaleza absoluta del 0 (su “posición”) no puede ser observada al mismo tiempo que la alteridad (su “momento”). La observación de la alteridad destruye la posibilidad de conocer el estado absoluto.
- La Dualidad Onda-Partícula: La sucesión
b)
(0,1,0,1,…) puede interpretarse como la naturaleza ondulatoria (la periodicidad). Pero cada 0 o 1, al ser una partícula de T1, es también una partícula discreta. Tienes, en la misma dimensionalidad, una entidad que es a la vez una onda y una partícula, dependiendo de cómo se la observe.
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